Rivera Garden

La dipladenia

Hoy en el blog de Rivera Garden os queremos hablar de una de nuestras plantas favoritas, por la época del año en la que nos encontramos y por ser una de las que tenemos el honor de cultivar en nuestros propios invernaderos: ¡la dipladenia! También queremos darte algunos consejos acerca de cómo puedes disfrutar de ella en estas fechas, ya que esta maravillosa enredadera se encuentra en el período de máxima floración y de densidad de planta. Podrás encontrarla, en nuestro vivero, en los colores más demandados, como el rosa, el blanco o el rojo. ¿Nos acompañas a conocerla?

Origen

La dipladenia es una planta tropical. Es propia del centro y del sur del continente americano. Su nombre técnico es el de Mandevilla y se lo debe al botánico inglés Henry Joseph Mandeville, quien se la trajo desde Argentina y popularizó su uso en Europa. También es conocida como el Jazmín de Chile o el Jazmín de Brasil por su extraordinaria presencia en todos los países sudamericanos, aunque en España la reconocemos fundamentalmente por el nombre de dipladenia.

Características

La dipladenia es una planta trepadora, una enredadera, de hoja perenne, dura y flexible (coriácea) que carece, como tal, de tronco, por lo que sus tallos alargados necesitan una guía a la cual agarrarse y por la que poder crecer.

Sus flores, en forma de trompeta y de gran viveza en el color, desprenden además un ligero aroma que las emparenta con plantas tan conocidas y admiradas en Andalucía como el jazmín, la dama de noche o la buganvilla. Es una planta muy demandada como flor ornamental, como se puede intuir.

Por sus características, puede ser tanto una planta de interior como de exterior. Todo dependerá de los espacios de los que dispongamos en nuestro hogar y del clima. En un clima como el chipionero, donde el tiempo de frío excesivo está limitado en el calendario, la dipladenia puede ser una excelente manera de tapizar las vallas de nuestros jardines: no superan los seis metros de altura y conserva un frondoso follaje de color verde que dura todo el año en las condiciones de un clima templado.

Si se opta por destinarla a decorar estancias interiores, su cultivo en maceta merecerá unas podas habituales en su época de crecimiento, que comprende la primavera y el verano, así como la retirada atenta de sus hojas marchitas y un abono mensual con abono orgánico, preferentemente. 

Su floración, exuberante y muy abundante, se prolonga desde mayo hasta octubre, con lo que abarca prácticamente todos los meses de calor y buen tiempo de la latitud geográfica en la que nos encontramos. 

¡Cuidado! Es una planta tóxica. Esto no merece mayor preocupación salvo que, evidentemente, si puede encontrarse al alcance de los niños en nuestros hogares, estemos atentos y evitemos que bajo ningún concepto puedan llegar a ingerir algunas de sus hojas o flores. 

Cuidados y enfermedades

Como hemos dicho, que la ubiquemos en el interior o en el exterior dependerá del frío: la dipladenia es muy sensible al frío. Por suerte, el origen tropical de esta hermosa planta la hace muy adecuada para las terrazas, los balcones y los jardines de Chipiona: es muy resistente a la falta de agua, a la sequía, y soporta los picos de frío que pueden darse en nuestra zona. 

La dipladenia necesita mucha luz, pero es conveniente que no le de de forma directa. Si la cultivamos en maceta y la tenemos en el interior de nuestras casas, deberemos evitar que esté expuesta a corrientes de aire, en las zonas de paso, pasillos…

En cuanto al riego, debe ser abundante, especialmente en verano. Es conveniente que reguemos nuestra planta tres veces a la semana, en verano, y una vez cada siete o diez días, en el resto del año. Pero, ¡ojo! Hay que tener mucho cuidado con que el suelo de nuestra planta, ya sea en maceta o en el exterior, se encharque. Hay que evitar a toda costa que esto se produzca, para alejar el riesgo de pudriciones, y comprobar que su sustrato está seco cada vez que vayamos a regarla. 

La dipladenia crece en una amplia variedad de suelos, sobre todo, en suelos arenosos. No obstante está bien comprobar que el suelo sobre el que se asienta nuestra planta drena bien y es rico en materia orgánica. Si decides mantenerla en maceta, una buena solución puedes hallarla en la combinación de compost, humus, arena y tierra para su sustrato. También podemos ayudarla en su etapa de floración suministrándole abono rico en potasio, como el indicado, por ejemplo, para los geranios. 

Al ser una planta resistente, no presenta demasiados problemas en forma de enfermedades o plagas, aunque hay que tener especial cuidado con la araña roja y la cochinilla. Sobre todo, como ya se ha dicho, hay que evitar que esté expuesta durante demasiado tiempo a temperatura por debajo de los 5-10 grados en invierno. Encuentra tu dipladenia en nuestro vivero. Nuestro equipo de profesionales y expertos en botánica y jardinería estarán encantados de atenderte y de orientarte en el cultivo de esta maravillosa planta, llena de luz, color y vida. 

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